La orientación espacial es una habilidad muy útil para moverse y situarse dentro del espacio. Además, también es necesaria para actividades tan comunes como escribir, leer, diferenciar entre derecha e izquierda y, en general, situar los objetos y orientar nuestros movimientos en el espacio que nos rodea.

Los niños, en un principio, adquieren las dimensiones del espacio en relación a su cuerpo. Para descubrir cómo es el espacio en el que se encuentran e interiorizar bien dicha noción, los niños se tienen que mover y tocar objetos.

 

Tanto en el método de matemáticas EntusiasMAT como en psicomotricidad, los niños en Ayalde realizan actividades y ejercicios destinados a trabajar a fondo la orientación espacial. Las nociones espaciales que se abordan son las básicas, como por ejemplo: encima-debajo, delante-detrás, dentro-fuera, arriba-abajo, cerca-lejos, izquierda-derecha, etc.

En EntusiasMAT algunas de las actividades o juegos que se plantean son: orientación espacial de objetos, giro mental de figuras, comparación de forma tamaño y distancia, memoria visual, puzles, laberintos, reconocimiento de la figura simétrica…

Asimismo, en el circuito de psicomotricidad los niños también cuentan con un tiempo destinado a trabajar y reforzar los conceptos espaciales. El proceso a seguir para integrarlos es primero, el de la propia vivencia corporal y después, la manipulación de materiales y objetos que favorezcan el descubrimiento de las diferentes posiciones y direcciones.

Concretamente, los niños de 3º de EI a lo largo de esta quincena en el gimnasio están centrados en el concepto de largo-corto. De manera activa, tienen que descubrir por sí mismos, entre varios caminos hechos con cuerdas, cuál es el más largo y cuál el más corto. A su vez, tienen que hallar entre varios objetos (colchoneta, banco, cuerda…) el que es más largo. Para ello se les pide que utilicen la medida natural del pie para poder medir.