Los niños de 3º de E. Infantil han empezado este mes a hacer una nueva actividad relacionada con el aprendizaje cooperativo. El trabajo en equipo y la colaboración son habilidades fundamentales en la vida cotidiana y profesional, y enseñarlas desde la infancia contribuye significativamente al desarrollo integral de los niños.

El aprendizaje cooperativo, que se desarrolla a lo largo de los cursos en el colegio con la metodología de los hermanos Johnson, es muy importante trabajarlo desde una edad temprana, ya que aprenden una serie de habilidades.

La actividad consiste en hacer grupos de tres, donde ellos eligen el nombre del equipo y a partir de ahí, con un cuaderno donde hay preguntas  relacionadas con su entorno y conocimiento, empiezan a compartirlos para saber más de ellos y a colaborar  para que el grupo salga adelante.

Cada viernes se pone en común la actividad  teniendo cada grupo un portavoz que cuenta lo que ha aprendido del resto de los compañeros.

Con esta actividad  trabajan también la  escucha activa y cada vez más van conociéndose entre ellos. Es una actividad bonita, divertida donde cada uno sabe más del otro y además, aprenden a resolver conflictos y a asumir responsabilidades.

Beneficios de trabajar esta actividad:

  1. Desarrollo de habilidades sociales: Los niños aprenden a interactuar, escuchar y comunicarse efectivamente con sus compañeros. Esto fortalece sus habilidades sociales y les permite comprender la importancia de trabajar juntos.
  2. Resolución de conflictos: Al trabajar en grupos, los niños tienen la oportunidad de enfrentar y resolver conflictos de manera constructiva. Esto les enseña a negociar, ceder y buscar soluciones consensuadas.
  3. Responsabilidad y coordinación: La asignación de roles dentro de los grupos fomenta la asunción de responsabilidades individuales. También aprenden la importancia de la coordinación y la contribución de cada miembro para alcanzar un objetivo común.
  4. Conocimiento del entorno y compañeros: La actividad proporciona una plataforma para que los niños compartan sus conocimientos, experiencias y perspectivas. Esto contribuye a un entendimiento más profundo de su entorno y fortalece los lazos entre los compañeros.
  5. Desarrollo de habilidades cognitivas: La participación en actividades que involucran preguntas y discusiones estimula el pensamiento crítico, la expresión verbal y la capacidad de análisis.
  6. Fomento del compañerismo: Al tener un portavoz que comparte lo aprendido, se promueve la apreciación y el reconocimiento de los logros individuales y colectivos, fomentando un ambiente positivo y de apoyo mutuo.

En general, esta iniciativa no solo contribuye al aprendizaje académico de los niños, sino que también sienta las bases para habilidades socioemocionales clave que serán valiosas a lo largo de sus vidas.