El mes de noviembre comienza con una tradición: la misa por las Antiguas Alumnas fallecidas y sus familiares. Su origen se remonta a aquellos años de colegio en los que, cada día, la Santa misa se encomendaba especialmente por los difuntos de un curso determinado, una costumbre que aún perdura.

Así pues, el 8 de noviembre, como no podía ser de otra manera, también se pidió por todas aquellas personas vinculadas, de una forma u otra, a Ayalde: antiguas alumnas, profesoras, personal de administración y servicios, familiares… Y, de modo especial, por las que hayan fallecido este año.

La cita sirvió, además, para volver a reunirse con las compañeras y profesoras, y visitar los rincones de la que es su segunda casa. Una excelente ocasión para rememorar esos días, compartir anécdotas y planificar futuros y cercanos encuentros. Precisamente, en relación a esto, la segunda parte de la jornada fue la Asamblea de Antiguas Alumnas. En ella se hizo un repaso de los distintos hitos del curso pasado y de los que vendrán, las actividades, comidas y reencuentros. Porque, lo que queda claro, es que alumna se es unos años, pero alumni, toda la vida.