Programa Emociones

Enseñamos a los alumnos a ser felices y a tener autoestima

La emoción es aquello que nos mueve y empuja «a vivir», a querer estar vivos en interacción constante con el mundo y nosotros mismos. Las emociones son la base fundamental del propio proceso de razonamiento, de la toma de decisiones, de los procesos que se conocen como curiosidad y atención. Las necesitamos porque son mecanismos que nos ayudan a reaccionar con rapidez ante acontecimientos inesperados; a tomar decisiones con prontitud y seguridad; a comunicarnos de forma no verbal con otras personas.

emociones

La metodoligía VEC para aprovechar las emociones

En Ayalde utilizamos el proyecto VEC (Vinculación Emocional Consciente) de Roberto Aguado. Para este experto las diez emociones básicas son:

Desagradables: miedo, rabia, tristeza, aversión o rechazo, culpa.

Neutra: sorpresa.

Agradables: alegría, curiosidad, admiración, seguridad.

Las emociones no son ni buenas ni malas. Todas son necesarias y cumplen su cometido para nuestra supervivencia y la adaptación humana. No reprimir las emociones, sino entender su sentido y canalizarlas de manera eficaz nos ayuda a vivir satisfactoriamente con nosotros mismos, con el medio y las situaciones a las que nos enfrentamos diariamente. 

A principios de los años noventa, los psicólogos Peter Salovey y John Mayer acuñaron para la inteligencia intrapersonal e interpersonal el término de “Inteligencia emocional”. Sin embargo, fue gracias a la difusión del libro con el mismo título de Daniel Goleman, otro psicólogo americano, que este tema despertó la atención mundial. 

Propuesta educativa en el Infantil de Ayalde

Para la implementación de la Educación Emocional, proponemos que se trabaje en las clases como elemento principal en el que basar el proceso de enseñanaza-aprendizaje y la alegría como el hilo que mejor teje la confianza entre las personas.

Así pues, en nuestra propuesta educativa concebimos el cariño, la cercanía, la confianza como motores de aprendizaje. Lo que hemos aprendido con gusto, con alegría, es difícil que se nos olvide. Algunos lo vinculan a lo que llaman “la huella emocional”. Aprender con alegría facilita acercarse al regalo, al flujo, don o vocación. Con estos términos nos referimos al estado de felicidad que produce la intensa dedicación a una tarea. Requiere la capacidad, el conocimiento y la absoluta identificación con un desafío.

En el colegio, el objetivo primordial es enseñar a los niños y niñas a ser felices, a tener una inteligencia emocional sana. Para ello, enseñamos a los alumnos a identificarse con la plataforma emocional que se encuentren a través de varias actividades a lo largo del día y les enseñamos a gestionar ésta.

En esa etapa es muy importante la comunicación y el diálogo con el alumno que provocaremos a través de preguntas abiertas.

Una actividad que gusta mucho a los niños de estas edades es dibujar las emociones. A través del Arte somos capaces de expresar mejor nuestra interioridad.

En términos generales, ayudamos a los niños de Infantil a identificar, comprender y regular sus propias emociones, de manera tal que mejore nuestra su calidad de vida.

Implicación del profesorado

Para ello, hemos de tener siempre presente el principio de que los docentes somos modelos para los alumnos y por consiguiente el aprendizaje vicario es de primordial importancia. Los estudiantes observan la actitud del docente (lo que dice, lo que hace y lo que omite) y le copian. De ahí la necesidad de que éste experimente personalmente lo que va a transmitirle a sus alumnos y sea consciente de su importancia y responsabilidad como modelo y guía. 

Un profesor emocionalmente competente posee un sentimiento de autoestima estable, habilidades sociales y optimismo, sabe manejar sus emociones negativas y frustraciones, aprende de sus errores, persevera en sus empresas, se pone en el lugar de los demás y acepta diferentes puntos de vista, trabaja con compromiso e implicación, enriquece con sus aportaciones al grupo, sabe reducir y encauzar su nivel de estrés, media y negocia ante los desacuerdos, interpreta los conflictos como oportunidades. Todas estas destrezas son percibidas por el resto del equipo y se refleja en la buena y fluida relación con los padres y, por supuesto, en sus alumnos, quienes aprenden por imitación e instrucción.

Como conclusión decir que lo que sentimos y lo que sucede no depende de los demás; sólo de nosotros mismos, de nuestros pensamientos. Por eso es importante aprender a gestionarlos. Tampoco puedo cambiar a los demás o una situación desagradable, pero sí puedo cambiar mi percepción. Por tanto, para que un niño sea feliz y con una autoestima sana debe aprender a situarse en la plataforma emocional adecuada.

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