Hemos pasado el primer mes de colegio con la satisfacción de no haberse producido ningún confinamiento en las aulas por la COVID-19. Esta buena noticia se la debemos, en buena medida, al comportamiento responsable del alumnado, las familias y el profesorado.
Desde el principio teníamos un único objetivo, poder recibir a nuestro alumnado y familias en un ambiente de seguridad. Según se iba acercando el comienzo de curso, teníamos muchas incertidumbres, miles de cuestiones que decidir frente a una situación desconocida. Nuestro actuar ha sido el de siempre: cuidar a nuestras familias como a la nuestra propia.
Queremos agradecer a los padres y madres, al profesorado, personal no docente y alumnado, la confianza depositada en el colegio. Han sido muchos los meses estudiando, analizando y adecuando los protocolos sanitarios para que las medidas fueran las más adecuadas y así, garantizar al máximo la salud de todos los que formamos parte del colegio.
Este curso, a pesar de los termómetros, los geles, las mascarillas, las pantallas y las distancias, es un año lectivo para sacarle mucho partido y darle vuelta a la situación. Aprender de las circunstancias y con las circunstancias. Es momento de crecer en responsabilidad, en autonomía, en conciencia social.
Ha habido mucho trabajo extra. Sin embargo y pese a todo, es un año para soñar. Un año donde la ilusión se refuerza cada día.