La música en Educación Infantil es un elemento fundamental que los niños utilizan, además de para aprender, para entretenerse y divertirse. En este sentido, cantan por el simple hecho de hacerlo, sin preocuparse de si lo hacen bien o no. Asimismo, les gustan las canciones y rimas infantiles que repiten palabras o melodías, que utilizan ritmos marcados, que invitan a hacer cosas o que tienen una temática cercana a ellos, como pueden ser los juguetes, los animales o las acciones cotidianas.

Así, en nuestras aulas, las canciones infantiles constituyen una parte fundamental de nuestro día a día, ya que las consideramos un medio muy valioso para el desarrollo tanto de la parte motriz como de la psíquica de los niños. Es más, independientemente del idioma en que se cante, los beneficios son muchos.

Por un lado, cantar ayuda a los niños a mejorar su memoria y concentración para, por ejemplo, ampliar su vocabulario. A la hora de aprender las letras o los números, servirse de una canción es una forma lúdica y divertida que hace que lo hagan de manera casi automática. Las melodías suaves ayudan, además, a que estén más concentrados en la tarea que realizan.

Por otro lado, la música facilita el desarrollo social y afectivo, fomentando los sentimientos de seguridad emocional, confianza y autonomía. Cantar les ayuda a ser felices, expresar sus emociones y les proporciona recursos para aliviar emociones negativas.

Su expresión corporal también mejora. Si, junto con estas canciones, enseñamos al niño coreografías sencillas (gestos con las los brazos, las manos…), su psicomotricidad, coordinación y expresión gestual van a
desarrollarse. Además, seguir los ritmos de los movimientos y de la música, por ejemplo dando palmas o golpecitos en la mesa, va a fomentar el desarrollo lógico y matemático.