Todos los días, los niños de 1º de Educación Infantil, nada más llegar a clase y después de realizar la rutina diaria, en la que tienen que colgar su abrigo y ponerse la bata o la sudadera, disponen de un tiempo destinado a trabajar por rincones.
Los rincones forman parte de una metodología en la que se crean unos espacios delimitados y concretos dentro de la propia clase, donde el profesor presenta a los alumnos materiales o recursos, con objetivos de aprendizaje diferentes.
En base a esta forma de trabajar, las aulas de los niños de tres años se dividen en cuatro rincones, en los que realizan actividades diversas que pretenden abarcar aspectos fundamentales del aprendizaje.
Así por ejemplo, uno de los rincones está destinado al juego simbólico, donde los niños a través de la representación de diferentes roles hacen su propia interpretación del mundo que les rodea. En este rincón los niños cuentan con una cocinita y sus cacharritos, muñecos, piezas de construcción…, con todo ello los niños juegan libremente dando rienda suelta a su imaginación.
En otro de los rincones los niños desarrollan más en profundidad la motricidad fina. Por medio de cosido de botones, ensartado de bolas, uso de pinzas de madera, modelado de plastilina, etc., van cogiendo más destreza en dedos y manos.
Un tercer rincón está pensado para trabajar la atención. Para lograrlo cuentan con puzles que además de ser buenos para potenciar la inteligencia lógico matemática y la espacial, mejoran la concentración y la memoria.
Un último rincón está destinado al dibujo libre, en donde los niños trabajan la motricidad fina y la coordinación ojo- mano, pero sobre todo, de lo que se trata es de que a través de sus dibujos expresen sus sentimientos, emociones y desarrollen su creatividad.
Como es de suponer, a los niños les encantan estos ratos destinados a trabajar por rincones, ya que tienen la posibilidad de ir de un rincón a otro cambiando de espacios y actividades.