En Educación Infantil, la geometría ocupa un puesto muy importante en la vida de los más pequeños, ya que están inmersos en experiencias visuales y táctiles de los objetos geométricos que continuamente se encuentran a su alrededor en la vida cotidiana.

 

La primera aproximación a la geometría, que se puede dar entre los 3 y 5 años de edad, consiste en la comprensión del espacio en el que viven y se mueven. Los niños empiezan a entender las relaciones entre objetos, lugares y espacios, y a utilizar el pensamiento geométrico.

La representación de la geometría en los primeros años debe hacerse de forma lúdica y atractiva y no de forma verbal y abstracta. Para ello contamos con infinidad de material manipulativo. Uno de estos materiales son los geoplanos, material que, por un lado, ayuda a que el niño logre una representación de las figuras geométricas, antes de que tenga la destreza manual necesaria para dibujarlas perfectamente y, por otro lado, ayuda a desarrollar la creatividad a través de la composición y descomposición de figuras geométricas en un contexto de juego libre.

El geoplano consiste en un tablero cuadrado, el cual se ha cuadriculado y se ha introducido una punta en cada vértice de tal manera que estos sobresalen de la superficie. Sobre esta base se colocan gomas elásticas de colores que se sujetan en las puntas formando las figuras geométricas que se deseen.

Los geoplanos consiguen una mayor autonomía intelectual de los niños, potenciando que, mediante actividades libre y dirigidas, descubran por sí mismos algunos de los conocimientos geométricos básicos. También desarrollan la reversibilidad del pensamiento, debido a la fácil y rápida manipulación de las gomas elásticas que permite realizar transformaciones diversas y volver a la posición inicial deshaciendo el movimiento.