El pasado miércoles 14 de marzo a las siete de la tarde, Gabriela Michel, licenciada en Comunicación y Orientadora familiar, dio una conferencia sobre inteligencia emocional, dirigida a los padres y madres de Educación Infantil.

Gabriela empezó explicando la importancia que tienen las emociones en nuestra vida. Además, señaló que es fundamental conocerlas primero, para después aprender a gestionarlas en uno mismo y en los demás.

Les dijo a los asistentes que la inteligencia emocional está basada en cinco aspectos. El primero, y más importante, es el autoconocimiento, dijo que éste está relacionado con el yo. El segundo, es la empatía y tiene que ver con el tú, el tercero, son las habilidades sociales, que van unidas al nosotros, el cuarto, es el control de las emociones y el quinto, la actitud positiva que hay que tener en la vida.

 

A continuación, Gabriela explicó la importancia de que haya un buen apego, un buen vínculo y una buena afectividad, durante los primeros años de vida de los niños. Apuntó que cuando los niños tienen una seguridad emocional básica, es entones cuando están preparados para descubrir el mundo.

Según un estudio de la Universidad de Harvard las emociones básicas son: alegría, seguridad, curiosidad, admiración, asco, miedo, ira, culpa y tristeza. Tanto las emociones positivas, como las negativas, son necesarias en nuestra vida. A los niños hay que enseñarles a poner nombre a sus emociones y a no reprimirlas. Hay que ayudarles primero a enfrentarlas, para que después aprendan a dominarlas y por último, sepan cómo canalizarlas o modificarlas.

Gabriela dio algunas pistas para manejar las emociones en los niños. Dijo que es bueno aprovechar cuando están bien y hacérselo saber, para que sean conscientes de ello. Esos momentos son muy propicios para que surja la creatividad en los niños. También, señaló que es interesante trabajar el bienestar.

Algo tan sencillo como cuando están compartiendo en familia una comida o un plan especial, verbalizar el hecho en sí, para que los niños lo pongan en valor. Además, dijo que es bueno trabajar o fomentar la emoción previa a un suceso, es decir, anticipar lo que se va a hacer, con el fin de vivir de antemano esa emoción. Por ejemplo, el hecho de ir de excursión, presentárselo días antes como algo emocionante.

En cuanto al manejo de las emociones negativas, Gabriela habló en concreto de dos: la tristeza y la ira. Sobre la tristeza destacó que hay que valorarla y tenerla en cuenta.

Es importante escuchar a los hijos, comprenderles y darles herramientas para que ellos aprendan a solucionar sus problemas.

En lo que respecta a la ira comentó que puede ser aprendida por falta de límites y de autoridad. Pero, la ira también puede ocultar dolor y esconder una llamada de atención y de necesidad de afecto. Habría que ver a qué es debido, esperar y verbalizar.

Gabriela recomendó a los padres enseñar a los hijos a autocontrolarse, es decir, primero parar, después respirar, seguido pensar en cómo me siento y por último, actuar según el problema que tenga.

Para acabar, les dijo que es fundamental no transmitir miedo a los hijos, ni rencor, ni odio. Los padres deben enseñar la tolerancia a la frustración, el valor de las cosas, la importancia del ser, y no del tener, la empatía, y a ver el lado positivo de las cosas.