Una herramienta fundamental en el 1er Ciclo de Educación Infantil son las actividades manipulativas y sensoriales, ya que, sobre todo, las utilizamos para trabajar dos grandes campos básicos en estas edades: la motricidad fina y los juegos sensoriales.
Por una parte, las actividades que requieren de precisión y un elevado nivel de coordinación comprenden la motricidad fina. Esta se refiere a los movimientos pequeños y precisos, realizados por una o varias partes del cuerpo. Algunas de las divertidas actividades acometidas en nuestras clases para trabajarla son:
- Abrir y cerrar botellas de agua, tuercas…
- Hacer collares con bolas.
- Coger con pinzas de hielos diferentes objetos.
- Rasgar papel.
- Colgar pinzas.
- Pasar diferentes legumbres de un recipiente a otro, etc.
Por otra, se estimula los sentidos a través del juego sensorial. Partiendo de la base de que cinco son los sentidos principales: vista, oído, gusto, tacto y olfato, y que existen otros dos menos conocidos, el vestibular (sentido del equilibrio) y propioceptivo (sentido de dónde está cada parte del cuerpo en relación con el resto del cuerpo), planteamos multitud de actividades:
- Con instrumentos musicales.
- Paseos sensoriales con huellas de diferentes texturas.
- Taller de sabores.
- Manipulación de diferentes texturas: hielo, algodón, pan rallado, papel de seda, periódicos, estropajos, esponjas, papel higiénico, etc., y trabajar con ellas.
- Excursiones al bosque de Ayalde, donde jugamos con hojas, palos…
Todos estos juegos y actividades se realizan todos los días en clase, de una manera u otra, aunque los talleres sensoriales los realizamos específicamente los viernes; presentándolos de una forma más especial. Porque no hay duda de todos los beneficios que traen consigo: ayudan a aprender; desarrollan el lenguaje, pues describir las actividades y las sensaciones al experimentarlas, enriquece su vocabulario; promueven la interacción social al invitarles a acercarse entre ellos e investigar; o desarrollan habilidades motoras, ya que, por ejemplo, que los niños estén haciendo círculos en una bandeja con pan rallado significa, entre otras cosas, que están fortaleciendo músculos de su cuerpo que son necesarios para las actividades de la vida diaria, como subir una cremallera o cepillarse los dientes.