Desde el 15 de mayo, en 1º de EI estamos realizando la última unidad didáctica del proyecto educativo Kolore. Esta unidad se titula “Jugamos” por lo que los juegos están adquiriendo un papel destacado dentro y fuera de las clases. Así, durante los recreos se les ha animado a saltar a la cuerda y jugar con el balón y, por ejemplo, con las profesoras de inglés han aprendido a jugar a “duck, duck, goose”, “musical chairs”, “statues” y “follow the leader”.

Este tipo de juegos tradicionales en grupo enseña a los niños a ceder, a poner límites, a respetar y tener paciencia con los demás, es decir, jugando el niño se integra socialmente con el resto del grupo. Y no podemos olvidar que lo que hace funcionar un juego tradicional es el conocimiento común de las reglas, es decir, para jugar, el niño no puede poner sus propias condiciones, sino que tiene que seguir las reglas preestablecidas. Esperar el turno, no hacer trampas y, lo más importante, aprender a perder. Pueden ser juegos eliminatorios, en los que siempre hay unos que ganan y otros que pierden, y en el siguiente juego ganarán y perderán otros.
También se desarrolla la empatía en el niño. Los juegos crean roles que los niños caracterizan, les hace ponerse en distintas situaciones, teniendo que resolver sus propios conflictos. Además, fomentan la seguridad del niño en sí mismo y hacen que se desenvuelva con más facilidad con los demás.

Con el juego no sólo se corre, se salta, se baila y con ello se adquiere más fuerza muscular, flexibilidad, agilidad y coordinación sino que, en muchas ocasiones, también se gana en sentido rítmico cuando el propio juego permite que el niño se familiarice con las pausas asociadas a los movimientos.
Otro beneficio de este tipo de juegos es la interacción que el niño realiza con entornos naturales, alejado de la tecnología. En los juegos tradicionales el desarrollo sensorial se da en todas las dimensiones en tanto que en el juego tecnológico, en la mayoría de los casos, se limita a lo auditivo y visual. Por otra parte, “las máquinas” fomentan el sedentarismo y contienen altísimos índices de violencia, desventajas claras frente a los tradicionales.

 

Traditional games can help children develop skills such as patience, respect, turn-taking, and being part of a team. Besides, as children move and build their body’s strength through active play, they also develop important motor skills. So, let´s play!