El pasado miércoles 18 de marzo, D. Curri entró en las clases de 2º y 3º de Educación Infantil a impartir una plática a los niños. Aprovechando que la próxima consigna que van a trabajar en clase trata sobre la virtud de la sinceridad, D. Curri les transmitió la importancia y el valor de esta virtud a través de un bonito cuento, que los niños escucharon con mucha atención. Este cuento llevaba por título: “La maceta vacía”.

 

Hubo una vez un emperador que no tenía hijos. Llegado el momento de buscar heredero, decidió convocar a los jóvenes del país. El emperador, aficionado a la jardinería, pensó en un modo muy original para seleccionar al heredero.

Cuando acudieron todos los jóvenes al palacio, les dijo:
– Os voy a dar una semilla diferente a cada uno de vosotros. Al cabo de seis meses deberéis traerme en una maceta la planta que haya crecido y quien traiga la planta más hermosa, será mi heredero.

Así se hizo. Hubo un joven al que le encantaba la jardinería, como al emperador. Plantó su semilla, pero no logró germinarla. Mientras tanto, todos los demás jóvenes comentaban cómo iban creciendo sus hermosísimas y exóticas plantas.

El joven estaba muy triste, pues su semilla nunca germinó.
Pasados los seis meses, el joven no quería ir al palacio, avergonzado de su fracaso. Pero su madre insistía en que debía ir, pues era un participante y debía estar allí al haber aceptado en su día la semilla del emperador.

Con la cabeza baja y muy avergonzado, desfiló el último hacia el palacio con su maceta vacía. Todos los jóvenes hablaban de sus plantas y al ver a nuestro amigo se rieron y se burlaron de él. En ese momento entró el emperador y terminó el alboroto. Todos hicieron su reverencia mientras el emperador se paseaba entre todas las macetas admirando las plantas.

 

Finalizada la inspección hizo llamar al joven que llevó su maceta vacía. Atónitos, todos esperaban la explicación de aquella acción. El rey dijo entonces:
– Este es el nuevo heredero del trono. Todos los jóvenes recibieron una semilla estéril y todos trataron de engañarme plantando otras semillas, pero este joven tuvo el coraje de presentarse y mostrar su maceta vacía, siendo sincero, leal y valiente, cualidades que un futuro emperador debe tener y que nuestro país merece.