Las actividades sensoriales son efectivas herramientas educativas que despiertan la creatividad, la imaginación y desarrollan los sentidos.
Son ideales para divertir a niños pequeños y estimularles el interés por la exploración y el conocimiento.
Son muy importantes para los pequeños por sus múltiples beneficios.
Casi siempre solemos utilizar las manos para jugar y entonces, ¿por qué no utilizar también los pies? Así que decidimos ponernos a ello en el aula de un año.
Los pies también tienen un papel muy importante para estimular los sentidos, ya que tienen muchísimas terminaciones nerviosas que vienen de todos los órganos del cuerpo.
A través del juego sensorial se estimulan los cinco sentidos, lo que contribuye a mejorar y desarrollar, sobre todo: a nivel cognitivo conociendo, descubriendo y comprendiendo el mundo y lo que le rodea, formas, olores, tacto, etc.; a nivel físico, la motricidad de las manos, de los pies…; a nivel emocional, si son actividades tranquilas fomentan la calma y la relajación; además se estimula la atención y la imaginación, al adquirir destrezas, habilidades, y sobre todo, pasar un rato divertido.
En esta actividad, colocamos unos “pies” con diferentes elementos como, lentejas, fieltro, algodón… y los niños pudieron experimentar los diferentes tipos de tactos.
Al principio, les costó un poco y ninguno quería pisar, pero después, enseguida pasaban y se ponían de nuevo en la fila para poder hacerlo de nuevo.
Fue una actividad que les gusto muchísimo.