El viernes día 10 de febrero, los padres de la clase de Dumbo se dieron cita en el Colegio Ayalde para asistir al “Momento Aula”, cuyo tema llevaba por título: “Exigir para educar”.

Ahora mismo, los niños del aula de 1 año, necesitan la exigencia tanto como el cariño y no es una tarea fácil. A veces nos preguntamos a qué edad debemos comenzar a poner límites a nuestros hijos y como en cualquier habito que se les quiera enseñar es aconsejable comenzar desde pequeños.

La exigencia es fundamental para educar bien, a veces mimamos en exceso a nuestros hijos al equivocar de forma inconsciente el amor con la permisividad. Querer no significa darle todo lo que pida, que haga lo que quiera o sucumbir a sus chantajes emocionales.

Dar y poner límites es enseñarle a nuestro hijo a que aprenda a esperar y saber que todo no es aquí y ahora. Al poner límites les enseñamos a cumplir unas normas, seguir un orden y tener respeto, siempre desde el afecto.

Las normas y límites son necesarios porque dan seguridad y tranquilidad a los niños, les ayudan a ganar en autonomía, les enseñan a afrontar las frustraciones que le llegarán en el futuro y les transmiten valores como el orden, el respeto y la tolerancia.

Los límites se deben poner con normas claras y, una vez establecidas, hay que explicarles qué pasa si se rompen. Los niños deben saber que existen los premios y las consecuencias, pero ambos tienen que ser justos y apropiados a la situación y a la edad. Es conveniente dar los premios o aplicar las consecuencias de inmediato.

Debemos darles tiempo, ellos tienen que ir aprendiendo a respetar las normas y nosotros debemos tener paciencia y saber que fallará muchas veces. Necesitan un período de aprendizaje y aprenderán más rápido si valoramos cada pequeño cambio y cada pequeño intento. El refuerzo positivo es lo que realmente cambia y modifica conductas. Lo más importante es saber que los padres tenemos que hacer atractiva la exigencia. Educar es seducir con valores que no pasan de moda, es convertir a alguien en persona.