Todas las semanas los niños de 3º de Educación Infantil esperan con gran ilusión que llegue el viernes, ya que para ellos, además de ser el último día de clase, supone un cambio de rutinas, en donde se incluye, entre otras muchas cosas, el bloque de religión.

En el infantil de Ayalde se utiliza el “Proyecto Serafín”, el cual se centra en la vivencia y experiencia religiosa del niño.

A través de este método, los niños se adentran, de una forma grata y atractiva, a las verdades y a los misterios de la fe, que tanto interés y curiosidad despiertan siempre en ellos.

 

A lo largo de cuatro semanas, los alumnos de 3º de EI han trabajado el tema “La vida en Nazaret”. Por medio de diferentes actividades han conocido los lugares más relevantes de la vida de Jesús, han descubierto cómo Jesús fue un niño igual que ellos, que crecía y aprendía y, por último, han visto la importancia del valor del trabajo bien hecho.

Para que los niños fueran descubriendo los lugares en los que transcurrió la vida de Jesús (Belén, Egipto, Nazaret, río Jordán, mar de Galilea y Jerusalén), así como los hechos ocurridos en ellos, se utilizó una lámina de observación donde aparecía un mapa que los situaba.

Por otra parte, las profesoras, para acercar la figura de Jesús niño a los alumnos, se apoyaron mucho en las cualidades del Niño Jesús (obediente, trabajador y generoso). También hicieron hincapié en el concepto de familia, utilizando como modelo la Sagrada Familia. Jesús vivía con sus padres en Nazaret, los tres formaban una familia en la que aprendió a querer, a rezar y a trabajar.

Por último, el objetivo del trabajo bien hecho lo abordaron a través de la canción “¡Qué bien me siento!”, del diálogo con los niños y del apoyo de las consignas (“Cumplo mis tareas” y “Soy responsable de mis cosas”), que trabajaron tanto en el colegio como en casa, gracias al apoyo de sus familias.

Para concluir el tema se les propuso una actividad que, sin duda, fue una de las que más éxito tuvo. Consistía en realizar el dibujo de su familia, para después confeccionar con todos los dibujos un mural de las familias de todos los alumnos de la clase.

Además, esos dibujos servirían para ampliar el conocimiento personal de los Grupos Base. Así, cada niño se tendría que reunir con sus compañeros del grupo y explicarles quiénes eran los miembros de su familia y alguna característica, como el nombre, cuántos años tiene, en qué trabaja, en qué curso está, etc. ¡Ahora todos nos conocemos un poco mejor!