El 17 de marzo se celebra la fiesta más popular para los irlandeses, en honor a su patrono.

Los niños de las aulas de uno y dos años hicieron en cada clase un mural, en donde tenían que pintar entre todos, un gran trébol. Después, jugaron con globos y comieron las gominolas que ¡cómo no!, eran verdes.

Para los niños del segundo ciclo, el día comenzó ambientando las clases con música celta, mientras pintaban el trébol y la bandera irlandesa.

Ya por la tarde, los niños de 3º de EI colorearon una tarjeta para llevar a casa y celebraron el fin de fiesta con una pequeña merendola.