En la etapa de educación infantil es indispensable dar a los alumnos momentos para poder experimentar, jugar, cantar, interpretar…, de esta manera les damos la oportunidad de crear diferentes experiencias, las cuales van a influir en su aprendizaje.

Por tanto, si conseguimos crear espacios de experimentación, y estimular cada una de las inteligencias de los alumnos, conseguiremos un aprendizaje a largo plazo y que los nuevos conceptos pasen a formar parte de una red de pensamiento.

A través de los experimentos se les acerca a los alumnos a procesos más complejos, para que de una manera práctica y visual les sea más fácil poder entenderlos. Mediante experimentos científicos entretenidos y sencillos de realizar en clase, los alumnos se involucran en el aprendizaje como agentes activos. Bajo la premisa: “dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, las actividades resultan mucho más atractivas y eficaces para los alumnos, ya que al ser involucrados, los aprendizajes tienen mayor significado para ellos.

 

Gracias a los experimentos dejamos que los alumnos participen y sean los protagonistas de su propio aprendizaje, promoviendo el trabajo en equipo y estimulando el respeto por las opiniones ajenas. Además, a la hora de crear hipótesis, generamos curiosidad por lo desconocido y entusiasmo para enfrentarse a un problema. No solo eso, sino que a la hora de cotejar los resultados, fomentamos el espíritu crítico y tras la realización del experimento, al extraer conclusiones, promovemos la reflexión individual de cada alumno.

Por todo ello, los alumnos de 3º de Educación Infantil han realizado un experimento para conocer el proceso de la densidad. La actividad ha consistido en averiguar por qué un huevo flotaba y otro no. Al plantear este reto cognitivo los alumnos han planteado posibles hipótesis para dar con la solución: que uno pesa más que el otro, que un vaso contiene más agua que el otro, que dentro de un huevo hay un pollito… Después, los alumnos han podido comprobar si las hipótesis elaboradas eran correctas o no.

Al demostrar que los dos huevos eran iguales y que los dos se hundían, con la ayuda de las preguntas de las profesoras, han llegado a la conclusión de que tenía que ser el agua la que cambiaba sus propiedades. De esta manera han probado el agua de cada vaso, cerciorándose de que una sabia diferente ¡y qué rica estaba! Pero, ¿qué le habían echado? Tras discutir en gran grupo han concluido que era sal. Teniendo todos los ingredientes para el experimento los alumnos se han puesto manos a la obra… y, ¡tachán! Efectivamente la sal cambia la propiedad del agua y hace que tenga más densidad y genere más fuerza para levantar el huevo.

Azkenik, erronka bat proposatu zaie, arrautza potearen erdian uztea. Horretarako, ur gabia botatzea pentsatu dute eta hara! Arrautza erdi-erdian mantendu dute!
Esperimentazioa magia egitea bezain polita da… bakarrik sinistu behar duzu!!