La adopción de hábitos saludables es uno de los factores más influyentes en el desarrollo de una vida sana.

Unos buenos hábitos alimentarios son el punto de partida para una sana y completa alimentación infantil. Lo que aprendan a comer durante la etapa de 1 a 5 años les influirá y marcará su actitud hacia la comida.

 

Para el desarrollo sano y fuerte de un niño es indispensable determinar hábitos y rutinas como los menús, los horarios y el tipo de alimentos que toman.

El hábito de la alimentación se inicia en casa y es ahí donde realmente se consolida. En el colegio se complementa y fortalece lo que en ese momento se está haciendo en casa.

Todas y cada una de las comidas que realizan los niños son momentos importantes. Al mismo tiempo que aprenden a comer bien, les enseñamos cosas tales como: higiene, ya que aprenden a lavarse las manos antes de comer y a limpiarse la boca con el babero/servilleta, autonomía, cuando les ayudamos y les dejamos comer solos y destreza manual, cuando cogen solos el tenedor o la cuchara.

Es importante tener en cuenta que los alimentos deben de ser variados y nutritivos. Conviene adecuar las combinaciones de primer y segundo plato, de manera que no resulten ni demasiado ligeras ni demasiado densas y los postres de la semana, deberían basarse en fruta, preferiblemente fresca, reservando uno o dos días para postres lácteos.

No hay que olvidar que el desayuno es la comida más importante del día y el agua es la mejor bebida. Las comidas deben acompañarse siempre de agua. Es conveniente ir introduciendo nuevas comidas en pequeñas cantidades al tiempo que se inculca el disfrute de la comida y del acto de comer.