Itziar González Sierra (pedagoga terapéutica) y Ana García Paja (profesora de infantil), asistieron los días 25 y 26 de octubre al curso de 14 horas sobre TMR, nivel 1 (TDAH/ADD), impartido por Wilson Krofman en Bilbao.

Allí tuvieron oportunidad de conocer cómo los reflejos primitivos sin inhibir son responsables de inmadurez neurológica y de conductas asociadas a TDAH/ADD (Transtorno por déficit de atención e hiperactividad).

 

¿Qué es la TMR?

Es una técnica desarrollada por el doctor Harald Blomberg después de haber trabajado en Suecia, junto a Kerstin Linde, una terapeuta corporal autodidacta, que observó los movimientos que hacían los bebés y que basándose en ellos, desarrolló una serie de ejercicios rítmicos que favorecen el desarrollo neurológico y motor y la estimulación que se necesita para poder integrar los reflejos primitivos y desarrollar así su cerebro de una forma eficiente.

 

¿Qué son los reflejos primitivos?

Son respuestas automáticas de naturaleza nerviosa que se producen ante un estímulo externo o interno, aparecen en el embarazo, nacimiento y en los primeros meses de vida, y están controlados por el tronco encefálico. Deben ser inhibidos por centros superiores del cerebro e integrarse en patrones de movimiento voluntarios y automáticos (reflejos posturales) hasta que el niño tiene aproximadamente 3 años de edad.

 

La presencia de estos reflejos no integrados, revela una falta de madurez neurológica que podría afectar a su capacidad para tener un buen tono muscular, una buena postura, la habilidad para estar correctamente sentado, problemas de equilibrio, la capacidad de ignorar las distracciones, dificultades de procesamiento auditivo y visual, entre otras.

 

Mediante la TMR se consigue dar una “segunda oportunidad” al cerebro para desarrollar y/o recuperar las habilidades propias del ser humano tanto a nivel motor, como cognitivo y emocional.