Es por todos sabidos la importancia que tiene el educar y el trabajar las emociones desde la más tierna infancia. Los niños deben aprender desde pequeños a reconocer y a diferenciarlas, con el fin de ir, poco a poco, adquiriendo el lenguaje emocional necesario, para que ellos puedan entender qué les pasa en cada ocasión, puedan expresar mejor lo que sienten y también aprendan a reconocer en los demás aquello que están sintiendo.
Para tal fin, los niños de 3º de EI, semanalmente, dedican un tiempo a sumergirse en el universo de las emociones, que tanto les gusta y que, además, les ayuda a conocerse mejor. El “rincón de las emociones” contribuye a dicho fin, un sitio especial y destacado dentro del aula que ofrece muchas posibilidades.
Una de ellas es la de crear un espacio para que los niños se sienten a escuchar y a hablar sobre un problema o conflicto que haya surgido entre ellos y, con la ayuda de la profesora y de los demás compañeros, buscar entre todos la mejor solución. Además, en el rincón de las emociones pueden jugar con marionetas y muñequitos, e inventarse pequeñas historias en las que tienen que incluir la emoción que les haya salido, después de lanzar el dado de las emociones.
Una actividad con la que han disfrutado mucho los niños ha sido la de la confección del mural de la ruleta de las emociones. Los niños, por equipos, han traído de sus casas recortes de revistas o fotos de ellos, representando la emoción que se les había asignado previamente.
Sus propias fotos les han ayudado a exteriorizar y a explicar, a sus compañeros, qué es lo que les hacía sentir dicha emoción. Después, por equipos, han tenido que seleccionar aquellas fotos e imágenes que querían recortar y pegar en el mural. Por último, han decorado entre todos el mural y lo han colgado, muy orgullosos, en una pared de la clase.