Con intención de preparar la Confirmación, las alumnas de 2º de Bachillerato acudimos a una convivencia de tres días en Torreciudad. Aunque fueron pocos días, dieron para mucho: talleres, testimonios, participación en la misa, etc. Uno de los mejores momentos que vivimos fue la visita al asilo, donde comprobamos la felicidad que produce darnos a los demás. Esta convivencia fue también una gran oportunidad para divertirnos con nuestras compañeras en nuestro último curso juntas.

Esta experiencia empezó el jueves, 9 de enero. Al acabar las clases, nos montamos en el autobús y, después de casi cinco horas, llegamos al sitio donde dormíamos, cerca de Barbastro. Dejamos las maletas y fuimos a cenar, nos encantó la comida que nos prepararon las cocineras. Más tarde, todas juntas con las profesoras (Ana, Sandra, Blanca, Mariana y Cristina), nos reunimos para preparar las canciones que, al día siguiente, cantaríamos con los ancianos en la asilo. Finalmente, nos fuimos a las habitaciones para descansar y poder levantarnos con energía.

El viernes cogimos el autobús y fuimos a Barbastro, pueblo natal de San Josemaría Escrivá, para ir a ver a los ancianos. Nos repartimos en dos grupos y visitamos dos residencias distintas en el pueblo. Verdaderamente fueron momentos que no olvidaremos. Conversamos con varios ancianos y algunos nos contaban momentos difíciles que habían vivido, otros nos sacaban una sonrisa con su alegría y otros nos mostraban su cariño. Además, al final, cantamos con ellos varios villancicos. Después, cuando volvimos, participamos en la misa. Por la tarde, nos divertimos muchísimo en la gincana organizada por las profesoras, en la que aprendimos cosas sobre Huesca, nos disfrazamos, hicimos fotos y hasta montamos una coreografía. Más tarde disfrutamos de los talleres sobre la oración y la misa impartidos por Don Javier y Don Jorge Chapa, capellanes de Ayalde. Y luego, Don Javier Pizarro, vicerrector del santuario de Torreciudad, nos contó su testimonio de milagros, en los que él ha sido testigo directo, ocurridos por la intercesión de la Virgen de Torreciudad, lo que nos dejó asombradas. Para poner un broche final al día, tuvimos noche de karaoke. En conclusión, ¡un día de diez!

El último día por la mañana, fuimos al Santuario de Torreciudad. Al llegar, nos sacamos varias fotos porque, la verdad, hacía un día precioso. También compramos lazos y velas para poner una intención a la Virgen de Torreciudad y que nos ayudase. Después de esto, tuvimos un rato de reflexión y de oración en una de las capillas del santuario, y, además, tuvimos la oportunidad de confesarnos. Más tarde, después de un descanso, participamos en la misa todas juntas. Al salir comimos y nos despedimos del Santuario porque ya tocaba volver.

(Escrito por Mariana Herrero, 2º de Bachillerato B)