Las emociones determinan nuestra relación con el mundo, dependiendo en gran medida de cómo nos relacionamos con el mundo, sabremos enfrentarnos a él. Al nacer no tenemos desarrollados el pensamiento, ni el lenguaje, ni siquiera podemos planificar lo que hacemos, sin embargo, nuestras emociones nos permiten comunicarnos e identificar aquello, que es bueno y malo para nosotros.
Una buena educación emocional conlleva todo un proceso de aprendizaje en el que se va construyendo la visión del mundo, de nosotros mismos y cómo nos manejamos en él. Además, cada experiencia que vivimos tiene un tono emocional, agradable o desagradable.
En un primer momento la educación emocional pretende que los niños aprendan a reconocer estos sentimientos y ponerles nombre. Con este fin trabajamos con el “Taller de las Emociones” del Proyecto de Colorines de SM.
En esta ocasión, los niños de 2º de Educación Infantil, han profundizado en la emoción del miedo, a través del cuento “Los siete cabritillos y el lobo”. Un primer acercamiento ha sido por medio de las imágenes del cuento, en donde los niños tenían que explicar qué estaban sintiendo los cabritillos y qué hacen ante esa emoción. En otra ocasión y una vez identificada dicha emoción, hablaron sobre lo que les daba miedo a los cabritillos (que el lobo se los comiera o que les hiciera daño…).
A lo largo de varia sesiones, los niños han trabajado esta emoción y han verbalizado sus miedos (la oscuridad, los enfados, las pesadillas, truenos, lobos, brujas, etc.) y las profesoras han dialogado con ellos para que vayan aprendiendo a reconocer cómo notamos que sentimos miedo (nos aumenta el ritmo cardiaco, se respira con mayor dificultad, se suda más). Para finalizar, los niños han plasmado sus miedos por medio de dibujos que han servido para confeccionar el mural del miedo.