La semana del 24 al 28 de enero tuvo lugar la semana interdisciplinar. Esta actividad conecta cada año con uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Este año, en concreto con el Objetivo 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles). La temática propuesta a los alumnos fue ¿Cómo hacer una ciudad sostenible, segura, inclusiva y resiliente?

Durante esta semana se llevó a cabo la metodología Aprendizaje basado en Proyectos en Infantil y Primaria con el objetivo de poner en práctica tanto las competencias transversales como las disciplinales.

El Aprendizaje por Proyectos apuesta por una dinámica activa del aula en donde el alumno es protagonista de su aprendizaje al contextualizar el conocimiento y ponerlo en práctica.

A través de la pregunta ¿Cómo hacer una ciudad sostenible? Los alumnos han tenido que investigar, buscar información poniendo en práctica la competencia digital, desarrollar un pensamiento crítico para discriminar y seleccionar la información, han tenido que ser creativos, trabajar en equipo, resolver problemas y comunicarse en varias lenguas. Una parte fundamental del proceso ha sido la gestión y creación de contenidos, así como la presentación de los resultados.

Este año como producto final han realizado maquetas de una ciudad sostenible, inclusiva, segura, sorprendiendo al profesorado con la calidad de las mismas.

En este Proyecto además, se trabajaron las competencias interdisciplinares (matemática, científica, cívica y social,  tecnológica y artística) así como las trasversales (aprender a aprender y pensar, aprender a emprender, aprender a convivir y aprender a comunicarse).

Como conclusión, decir que llevar a cabo este proyecto ha sido muy gratificante para el profesorado, ya que a través del mismo se ha facilitado el proceso de aprendizaje creando situaciones dinámicas y motivadoras para el alumno.

Una de las profesoras participantes, Puy Arregui, explica que mediante este proyecto “hemos logrado, por una parte concienciar a las alumnas de cómo debería ser una ciudad sostenible, inclusiva, segura y resiliente, y por otra, que hayan vivido en primera persona este proyecto”.

Para Mónica García, esta metodología sitúa al alumno en el centro del proceso de aprendizaje y esto hace que le resulte más significativas, atractivas y eficaces sus clasesAdemás, favorece la riqueza de experiencias y el trabajo en grupo, consiguiendo que unos aprendan de otros. Pero sobre todo, fomenta la adquisición de competencias transversales, capacidades y habilidades sociales que les acompañarán a lo largo de su vida, no solo la escolar.
Asimismo, Mónica describe los beneficios para el profesor: “una vez superada la dificultad inicial, la programación y adecuación de los contenidos y objetivos, opino que después las clases son mucho más gratificantes. Prácticamente, todo el alumnado conecta con la tarea y tu función es la de guía y orientador. Es en ese momento, cuando realmente disfrutas del proyecto porque las alumnas te sorprenden con sus trabajos. Les das alas, y ellas te sorprenden con su capacidad.