El viernes 23 de febrero tuvimos el “Momento Aula” de las clases de uno y dos años.

En esta ocasión consideramos que como el tema a tratar era de gran interés, merecía la pena congregar en una misma cita a los padres y profesoras de las clases de Bambi, Pluto y Dumbo.

Para impartir ese “Momento Aula” contamos con una ponente de altura, Piluca Baselga, directora de Haurkabi. La charla llevaba por título: “Cómo domar a mi pequeño dragón” y en ella nos habló de esos berrinches y rabietas que son tan característicos de esas edades, pero a la vez tan necesarios para forjar la personalidad del niño.

 

Piluca explicó que las rabietas son comportamientos normales que incluyen llantos, gritos, pataletas y otras demostraciones de frustración o ira que superan la capacidad del niño para controlarlas.

Las rabietas suelen ser respuesta a una baja tolerancia a la frustración, en especial cuando espera que sus demandas y deseos sean satisfechos rápidamente o cuando no le permiten hacer lo que quiere. El niño no puede controlarlas porque siente las emociones, pero no las comprende y está en constante conflicto entre su búsqueda de autonomía y la dependencia física y emocional de los adultos.

También pueden aparecer si tiene dificultad para expresar un deseo o necesidad, o bien para atraer la atención de las personas significativas.

Una vez concluida la explicación de lo que son las rabietas, Piluca dio unas pautas de cómo tratarlas. Así, señaló la importancia de mantener siempre la calma y dijo que los comportamientos rebeldes son normales en esas edades y no suponen que se sea mal padre o madre y tampoco que el niño sea malo.

Aconsejó evitar la ambivalencia al fijar normas y límites. Recordó que el padre y la madre deben estar de acuerdo en lo que se debe permitir o no, y responder del mismo modo cuando surge la rabieta.
Ante todo aconsejó reaccionar de forma tranquila pero firme, sin ceder a sus caprichos. En ocasiones, comentó que se puede distraer la atención del niño hacia un juguete o actividad de su agrado.

Piluca les dijo que es necesario utilizar tonos de voz estimulantes cuando se quiere que el niño haga o deje de hacer algo. Cuando la rabieta esté en curso y tenga como objetivo obtener atención, la respuesta más efectiva es ignorarla.

Por último, recordó la importancia de que los padres mantengan actitudes coherentes, unánimes y calmadas ante las primeras rabietas, ya que de ello dependerá en gran parte el comportamiento del niño en el futuro. Hay que intentar comprender los motivos que desencadenan la explosión emocional y ser empáticos con el pequeño, es decir, ponerse en su lugar y tratar de entender sus sentimientos y emociones.

Para terminar su charla, dijo a los allí presentes que no hay que olvidar que, en muchas ocasiones, el mal comportamiento se debe a que el niño busca, a través de la experiencia, la orientación de lo que debe o no hacer, pide la atención en exclusiva de las personas que para él son importantes, o simplemente trata de constatar que tiene voluntad propia.