Los niños y niñas de 2º de Educación Infantil, en la unidad del cuerpo humano, han trabajado los sentidos y han disfrutado mucho, mientras han aprendido a través de diferentes talleres la función de cada sentido.
Trabajar los sentidos en los niños es esencial para su desarrollo integral, ya que la estimulación sensorial impulsa no sólo su percepción y comprensión del entorno, sino también el desarrollo cognitivo, emocional y social. A esta edad, los niños están en un periodo crítico de crecimiento, durante el cual exploran el mundo mediante los cinco sentidos: vista, oído, gusto, olfato y tacto. Cada sentido juega un papel importante en la forma en que los niños aprenden a interpretar su mundo, y la estimulación adecuada de estos sentidos puede ayudar a construir una base sólida para su aprendizaje y bienestar futuros.
Cada sentido contribuye al desarrollo cognitivo del niño de manera específica:
- Vista: El sentido de la vista ayuda a los niños a reconocer formas, colores y tamaños. Las actividades visuales, como observar patrones o clasificar objetos por color, fomentan habilidades de atención y concentración. Estas experiencias también favorecen la memoria visual, fundamental para el aprendizaje de letras y números en los años siguientes.
- Oído: El sentido del oído es esencial para el desarrollo del lenguaje. Escuchar sonidos, canciones o instrucciones ayuda a los niños a mejorar su comprensión auditiva, lo cual es clave para la adquisición de vocabulario y la comunicación efectiva. Además, las actividades rítmicas y musicales desarrollan la percepción del ritmo y la secuencia, habilidades necesarias para el aprendizaje de la lectura.
- Gusto: Aunque el sentido del gusto puede parecer menos relevante para el desarrollo cognitivo, en realidad juega un papel importante en la experimentación y la toma de decisiones. A través de las experiencias gustativas, los niños exploran sus preferencias y empiezan a construir conexiones emocionales con la alimentación y el autocuidado.
- Olfato: El olfato está estrechamente ligado a la memoria. Aromas como la canela, la vainilla o los cítricos pueden desencadenar recuerdos y emociones en los niños, ayudándolos a relacionar situaciones y mejorar su sentido de pertenencia y seguridad.
- Tacto: El sentido del tacto es fundamental para la coordinación motriz y la exploración espacial. Mediante la manipulación de diferentes texturas, temperaturas y formas, los niños desarrollan la motricidad fina y gruesa, así como la percepción espacial, habilidades clave para su independencia y autoexpresión.
4 beneficios de organizar actividades sensoriales en el colegio:
Las actividades sensoriales son herramientas educativas que ayudan a los niños a comprender y procesar su entorno de manera segura y estimulante.
- Mejora de la motricidad fina y gruesa: Las actividades que involucran manipulación, como la arcilla, la arena o los bloques, ayudan a fortalecer los músculos de manos y brazos, facilitando así la escritura y otras destrezas motoras.
- Desarrollo del lenguaje: La estimulación auditiva y táctil es clave para que los niños aprendan a describir lo que sienten y perciben. Actividades que involucren sonidos y texturas les permiten adquirir vocabulario descriptivo y mejorar su capacidad para expresar ideas y emociones.
- Fomento de la creatividad y la imaginación: Las actividades sensoriales abren la puerta a la creatividad, ya que los niños pueden explorar nuevas maneras de utilizar los objetos y materiales a su disposición. La creatividad es fundamental para la resolución de problemas, una habilidad que sigue desarrollándose en la infancia.
- Regulación emocional: Las experiencias sensoriales pueden tener un efecto calmante o estimulante, según la actividad. Por ejemplo, el tacto de ciertos materiales suaves puede ayudar a calmar a un niño, mientras que otras actividades, como escuchar música, pueden proporcionar una salida para liberar energía.
Como conclusión, decir que el desarrollo sensorial es crucial para los niños, ya que los sentidos son la puerta de entrada a su percepción del entorno. Al trabajar cada uno de los sentidos, los niños pueden afinar habilidades fundamentales como la coordinación, la atención, el lenguaje y la memoria. Además, la estimulación sensorial fortalece las conexiones neuronales en el cerebro, promoviendo así un desarrollo neurológico óptimo. En esta etapa, los niños también comienzan a mostrar mayor interés en la interacción social y las experiencias grupales, lo que se facilita al brindarles actividades sensoriales que les permitan compartir y colaborar con otros niños.